El contexto abarca el paso de la República al Imperio, dejando la muerte de César como final de la primera temporada y la creación del segundo triunvirato como final de la segunda. Como viene siendo habitual, HBO y BBC no han escatimado en gastos de producción y el resultado te lleva, sin lugar a dudas, a una Roma bastante realista y a unos escenarios y personajes que harán las delicias de cualquier amante de la Historia.
El desarrollo de los acontecimientos está impregnado de rigurosa documentación histórica y se rodea de anécdotas y casualidades ficticias que en ningún momento parecen salirse de la realidad; para mi gusto, quizás se hayan quedado cortos en recreaciones bélicas y quedas un poco desilusionado cunado se saltan visualmente, de manera muy elegante, eso sí, la batalla de Farsalia; aunque más tarde Pompeyo la resuma tácticamente de manera muy realista. Hay que esperar al segundo volumen, para disfrutar con la batalla de Filipos. Es lógico pensar que es gasto para el deasarollo de la serie es ya más que suficiente y se le perdonan esos pequeños detalles.
Algo que me encanta de este tipo de superproducciones, es que evitan, con un acertado criterio, la contratación de actores de redomada fama, que ya lo único que consiguen es que la serie pierda credibilidad y aumentar el gasto; los actores elegidos son geniales, casi anónimos y dan vida a personajes que ya siempre tendran su rostro. No me gustaría tener que recordar a un Bratt Pit como Marco Antonio o a Nicolas Cage poniéndole cara al mismísimo César;... espero no avandonen ese criterio jamás.
Tuvimos que esperar un par de años a que una de nuestras cadenas de televisión se dignara a ofrecernosla, y nos castigaron con una larga espera entre volumen y volumen.
Si podéis, no dudéis en comprarla original, es un documento que no pasará de moda y podrán disfrutar vuestras generaciones venideras.
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