sábado, 8 de octubre de 2011

El cadáver que engañó a Hitler

El 30 de abril de 1943, un pescador encontró un cadáver en estado de descomposición en la playa de Punta Umbría (Huelva). El cuerpo era de un hombre adulto vestido con una gabardina, un uniforme y botas, con un maletín atado a la cintura. Su cartera lo identificó como el Mayor William Martin del ejército británico. Las autoridades españolas lo pusieron en conocimiento del cónsul británico, Francis Haselden, y en su presencia, se abrió el maletín… en su interior un sobre lacrado del ejército británico. Durantes los siguientes días, los telegramas de Londres a Madrid se repetían constantemente: “había que recuperar el contenido del sobre“.

Recordemos que España en la II Guerra Mundial ocupó una posición “neutral” pero a nadie extrañaba las simpatías de parte de ejército con los alemanes y que en España campaban a sus anchas los espías. Aquella intensa actividad entre Madrid y Londres, alertó a los espías alemanes que no tardaron en conseguir la información que contenía el misterioso sobre: era una carta personal del Teniente General Archibald Nye, del Estado Mayor Británico, al General Harold Alexander, al mando de las fuerzas en el Norte de África, en la que se detallaban los planes de los aliados:
tras el éxito de las campaña en el Norte de África cruzarían el Mediterráneo para lanzar un ataque contra Grecia y Cerdeña.
Hitler recibió la información y ordenó reforzar sus posiciones en Grecia y Cerdeña, la Operación Picadillo (Operation Mincemeat) había tenido éxito. Los aliados invadían Sicilia el 10 de julio de 1943, su verdadero objetivo.
Fue un gran éxito de la inteligencia británica que logró engañar a Hitler con el Mayor William Martin… que nunca existió. Todo se preparó al milímetro: se busco un cadáver en la morgue de Londres (años después se descubrió que era un vagabundo llamado Michael Glyndwr); entre sus pertenencias se colocaron cartas de una novia y el recibo de un anillo; para la foto del pasaporte se buscó alguien parecido al muerto; su muerte se publicó en The Times; se dejó el cuerpo en España sabiendo que las noticias llegarían a Berlín… Un plan perfecto.
Fuentes: The New Yorker, BBC, The Guardian

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