jueves, 13 de octubre de 2011

El olor del Denario

El emperador romano Vespasiano, que lo fue entre el año 69 y el 79, hizo un importante esfuerzo por poner en orden las finanzas romanas y, como lamentable suele ocurrir cuando hablamos de finanzas públicas, logró encontrar nuevas formas de recaudar. Había, y hay, mil formas y excusas para cobrarles a los ciudadanos y así lo vio Vespasiano.

Uno de sus hijos, llamado Tito y que también sería emperador (desde el año 79 al 81), le reprochó en una ocasión a su padre que cobrara un impuesto sobre la orina que se obtenía en las letrinas públicas y que era muy útil en el curtido de pieles. Su padre, cuando recibió la primera remesa de dinero recaudada con tan escatológico impuesto, tomó unas monedas y se las puso a Tito bajo la nariz diciéndole: “No huele mal”. Al menos así lo cuentan Suetonio y Casio, según el libro que cito como fuente. Ya saben amigos, el dinero no huele mal, así al menos lo afirmaba Vespasiano.

Fuente: La vuelta a la historia en cincuenta frases de Helge Hesse
 
Vespasiano

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