viernes, 1 de mayo de 2009

IVANHOE. Walter Scott

Ivanhoe es la más conocida de las novelas de Walter Scott. Fue escrita en 1819 y está ambientada en la Inglaterra del siglo XII, durante la época medieval. Su protagonista es Wilfredo de Ivanhoe, un joven y valeroso caballero que se ve inmerso en numerosas aventuras.
Su argumento quizás pueda llevar a engaño, ya que su fama es de ser un libro de caballerías y aventuras previsibles, fácil de leer y muy recomendable para niños y jóvenes que esperan un libro de caballeros, princesas, escuderos y dragones; pero, a mi modesto entender, es un libro bastante más complejo, con un transfondo político y con unos diálogos que quizás sorprendan en su primera lectura.
Ivanhoe es hijo de Cedric, un caudillo sajón. En ese momento, Inglaterra está dominada por los normandos. El deseo general es que Ricardo Corazón de León una para siempre a los normandos y sajones en un mismo reino. Pero esto se complica porque el rey ha sido hecho prisionero por el archiduque de Austria, cuando volvía de las cruzadas. Además, hay una gran rivalidad entre los normandos y sajones.

Ivanhoe entra en un torneo de caballeros y oculta su identidad haciéndose llamar "Caballero Desheredado", vence a todos sus oponentes, inclusive al templario Bois-Guilbert. (Ivanhoe se hizo llamar "Caballero Desheredado" debido a que su padre lo desterró por conocer sus amoríos con lady Rowena, ya que él deseaba que ésta se casara con otro hombre por interés político) Al recibir el premio del torneo, descubre a los presentes que es Ivanhoe. En el torneo es herido y luego puesto a los cuidados de la judía Rebeca, que se enamora perdidamente de él, pero él no le presta atención.

Ivanhoe lleva su particular cruzada contra Juan Sin Tierra, pérfido hermano de Ricardo, que aprovecha la ausencia de su hermano para gozar del trono. Por eso, recibe la ayuda de Robin de Locksley, que más tarde se convertiría en Robin Hood. Tras muchas peripecias, como la derrota de Juan Sin Tierra y el regreso de Ricardo Corazón de León, Rebeca es acusada de brujería pero Ivanhoe logra salvarla. Al final Ivanhoe y lady Rowena contraen matrimonio bajo el auspicio del rey.

Si bien es cierto que hay torneos, princesas y castillos, el enfoque argumental y la forma y transfondo de los diálogos son brillantes y, repito, quizás no los esperados por un lector que busque una novela de caballerías del montón.
Os animo a que la descubráis o la releáis.



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